Santiago Jamiltepec: Sones, Juegos y Chilenas


“No hay Dios como el que tengo, ni tierra como la mía, lo digo a los 4 vientos y lloro en mi lejanía, Jamiltepec eres tan bello que olvidarte no podría, y ser tu indita malacatera es mi mayor alegría.”

La Villa de Santiago Jamiltepec es una comunidad donde conviven indígenas y mestizos. Fruto de esta mezcla son los sones, juegos y chilenas que todavía se ejecutan en las fiestas importantes de la comunidad. Hablar de Jamiltepec es hablar de la chilena, género musical que nació de la mezcla entre la música traída por los marineros chilenos (principalmente la cueca chilena) y la música tradicional indígena de la región sureña de México. Surgió específicamente en la zona que hoy comprende la Costa Chica de Guerrero y la Costa Chica de Oaxaca, donde se encuentra el distrito de Jamiltepec.

Por ello, al hablar de la “tierra malacatera”, es indispensable mencionar tan grato género musical que eriza la piel y alegra el alma.  Pero Jamiltepec no solo tiene una herencia musical inmensa, también tiene una herencia indígena que se plasma cuál códice en los huipiles mixtecos. 

Los huipiles o xicos, como llaman las mujeres a sus prendas, son de usanza habitual para salir a las calles, casamientos y a las fiestas del pueblo. Los xicos son elaborados con hilo de algodón en telar de cintura. Durante este proceso se utiliza una pieza artesanal que le ha dado fama a Jamiltepec y que hoy podría considerarse como su sello característico, el “malacate”, utensilio de madera de mangle con barro que gira incesantemente para urdir los hilos de algodón previo a su paso por el telar, instrumento de origen prehispánico. Este pueblo, conserva hasta el día de hoy a artesanos especializados en la elaboración del “malacate”, utensilio que, en la actualidad, las mujeres mestizas lo portan como adorno en sus cabellos.

Los xicos, se componen de seis fajas anchas y verticales de listón azul o rojo; dos al frente, dos en la espalda y una en cada costado, teniendo la bocamanga labrada con bordado multicolor en forma de picos, característicos de este pueblo, mismos que se encuentran en las mangas. Antiguamente, el xico solo era utilizado dos veces en la vida de una mujer. La primera era el día de su boda y la segunda en el día de su muerte. 

No podemos olvidar el pozahuanco, textil en telar de cintura en tonos morados, azules y rojos, colores que se obtienen de la baba del caracol púrpura (Bolinus brandaris), especie en peligro de extinción y cuyo uso está regulado, pues solo ciertos artesanos tienen la certificación para su utilización. 



PROMOCIONAL: SONES, JUEGOS Y CHILENAS DE SANTIAGO JAMILTEPEC


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